Muchos famosos como Penélope Cruz se han sometido a diversos tratamientos estéticos, entre muchos de ellos se ha realizado una otoplastia para remodelar sus orejas. O por ejemplo la periodista Cristina Porta que también se ha sometido a una cirugía para pegar sus orejas a la cabeza.
Aunque muchos se avergüenzan de decir qué han pasado por quirófano para hacerse algún retoque, es cada vez más común hacerse cirugías a una edad más trempana. ¿Quién no recuerda a niños pequeños con unas orejas muy prominentes y luego con el paso del tiempo esas orejas ya no existen? En mi familia particular, un primo lejano se hizo una otoplastia siendo un adolescente. Tenía las orejas muy salidas y puntiagudas tipo alíen y con el paso de los años ese “defecto” le desapareció. Y es que sus padres por los complejos que tenía y por los insultos constantes de los compañeros en el colegio lo sometieron a una otoplastia para corregir ese defecto que le estaba causando mucho malestar al niño.
¿Sabes realmente qué es una otoplastia?
La palabra «otoplastia» viene del griego y significa «reconstrucción quirúrgica de un oído». Sus componentes son otos (oído) y plastos (formado, modelado), más el sufijo -ia (cualidad).
Esta palabra se utiliza para referirse a la operación de orejas y consiste en una simple cirugía estética que se realiza para mejorar la forma, el tamaño o la posición de las orejas respecto de la cabeza. Se realiza fundamentalmente para corregir las orejas deformes, orejas desproporcionadas o alteraciones en la simetría de las orejas.
Esta cirugía ayuda mucho en el rechazo social que pueden producir algunos defectos en la oreja, como lo que le pasaba a mi primo. En la mayoría de los casos está cirugía se realiza en niños de entre 5 y 14 años.
¿Cuándo se recomienda realizar una cirugía de otoplastia?
Enfrentarse a una cirugía no deja de ser un riesgo: entrar en quirófano y someterse a la anestesia. Operarse de las orejas es recomendable cuando se encuentran muy separadas de la cabeza, están deformes o supone un gran complejo para la persona.
Es decir, cuando las orejas tengan una forma que haga que la persona se sienta incómoda con ellas, suponga un rechazo social y sienta que le gustaría mejorar su aspecto, es el momento de recurrir a esta cirugía poco complicada, que supondrá un antes y un después en el autoestima de la persona.
En la mayoría de los casos tras la otoplastia, se dejará visible una ligera cicatriz en el dorso de la oreja que disminuirá con el tiempo. Las mujeres o los hombres con el pelo largo tienen más fácil disimular estas cicatrices . De hecho, muchas mujeres usan su propio cabello para ocultar el problema de sus orejas hasta que al final deciden someterse a una cirugía para corregir ese complejo, pues muchas personas no se hacían coletas por no dejar al descubierto las orejas prominentes. Esta cirugía supone sin duda un antes y un después en la vida de muchas personas.