A parte de apostar por unos tonos más suaves para la habitación como son el azul pastel y el blanco, también se ha apostado por un cambio de mobiliario, más práctico y funcional, de estilo nórdico, con muebles de base blancos y utilizando el azul como tono destacado en el espacio. El resultado es una paleta de colores más calmada y adecuada para una habitación de descanso.
También se propuso un cambio de sitio de los muebles, poniendo la cama al lado izquierdo la habitación para que así se vea mas espaciosa y para romper un poco la «linealidad» espacial.
En cuanto al almacenaje, yo que soy la loca de las cajas y no puede faltar un burro en mi habitación…Es muy práctica la idea de despejar el espacio con unos cajones de ratán que se pueden ocultar debajo de la cama, así como el pouf / baúl a la entrada que también sirve como asiento. Para que todos los muebles estén en sintonía el armario también debe ser lacado en blanco para unificar el color de los muebles en toda la estancia.
Finalmente, optar por un toque gris suave en las paredes que contrasta con el papel pintado para la pared del fondo. Este papel se trata de un papel pintado de base nude con «líneas» que siguen la gama de colores del resto de la habitación y aporta el toque de calidez y diseño.
